Hoy me han pedido que comente brevemente, porque he decidido, como médico, dedicarme al cuidado de las personas mayores.
Cuando yo estudiaba medicina en la facultad por los finales de los años 80, hace un millón de años, nadie nos habló de esta especialidad médica ya que por aquel entonces era una disciplina muy joven con muy poca implantación en el ámbito sanitario.
Por distintas circunstancias, yo fui a especializarme a Francia una vez finalizados mis estudios y dentro de las múltiples opciones, figuraba la geriatría. No puedo negar que mi criterio en aquel entonces, que nada conocía de esta disciplina, fue pensar que tenía un gran porvenir profesional debido al envejecimiento tan grande que la población experimentaba ya en aquellos momentos y además era una especialidad transversal, es decir, se aborda al paciente de una forma integral pudiendo tratarle globalmente (no como otras disciplinas que solo abordan un tema muy concreto).
He de reconocer que sin tener ni idea de donde me metía, pronto descubrí una disciplina que sin lugar a dudas tiene muchas peculiaridades en cuanto al abordaje del paciente. Tanto la medicina de familia como la medicina interna buscan fundamentalmente el encontrar un diagnostico certero para poder tratar la enfermedad y de esta manera curar al paciente. Esta no es la principal preocupación del geriatra. Me voy a explicar ya que dicho lo anterior puede parecer que el geriatra no quiere curar a su paciente y eso, evidentemente no es así. Pero hay un matiz que es fundamental y es la consideración que tiene el geriatra de tratar de mantener la funcionalidad por encima de todo. De poco sirve hacer un diagnostico diferencial brillante después de hacer miles de pruebas al paciente sin con ello tenemos que mantenerlo encamado, polimedicado y sondado durante un motón de días. Al final del proceso probablemente tengamos un diagnóstico pero hayamos hecho perder gran parte de sus capacidades físicas el anciano.
El geriatra trata goblamente al anciano dentro de un equipo muldisciplinar que está compuesto además de por el médico, por fisioterapeutas, médico rehabilitador, psicólogo, terapeuta ocupacional trabajo social. Se tratan globalmente tanto las esferas físicas, cognitivas, sociales y funcionales que persiguen mantener al anciano el mayor tiempo posible con la mayor autonomía posible y en las mejores condiciones emocionales posibles. Hay que preservar y conservar sus capacidades.
Se trata por tanto de aplicar la famosa máxima de la OMS de dar vida a los años y no años a la vida. El geriatra persigue, más que aumentar los años de vida, mejorar la calidad de vida de sus pacientes y no únicamente la ausencia o control de la enfermedad.
Este trabajo en equipo es muy estimulante ya que normalmente la profesión médica trabaja de forma muy autónoma y aislada.
Otra cosa muy importante que fui descubriendo a medida que iba ejerciendo la profesión es que los pacientes ancianos, en general, son muy afectuosos y agradecidos y valoran mucho el trato personalizado, el pararse a escucharles y hablar con ellos dedicándoles atención. En este trabajo hay mucha escucha activa y eso, muchas veces aporta mucho más beneficios al paciente que la medicación en sí misma. Esta escucha activa también debe de hacerse con las familias.

Cristina Reig
Subdirectora médica de Ovida Centro Intergeneracional