A medida que pasan los años, nuestros hábitos y necesidades cambian, y uno de los aspectos que más influye en la calidad de vida es la alimentación. En la tercera edad, comer bien no solo es importante… es fundamental. No se trata únicamente de mantener un peso saludable, sino de cuidar la energía, la salud emocional y la vitalidad del día a día.
En Ovida, entendemos la alimentación como una herramienta de bienestar integral. Por eso, no solo adaptamos menús a las necesidades específicas de cada residente, sino que también fomentamos una relación positiva con la comida, cuidando el entorno, los sabores y, sobre todo, las personas que hacen posible esa experiencia diaria.
Comer bien es cuidarse
Con el envejecimiento, el cuerpo atraviesa cambios naturales: disminuye la masa muscular, el metabolismo se vuelve más lento, y pueden aparecer dificultades para masticar, tragar o digerir ciertos alimentos. Una alimentación adecuada permite prevenir o mejorar muchas de estas situaciones, y ayuda a mantener una vida activa y plena durante más tiempo.
Pero alimentarse bien no es solo una cuestión biológica. Comer es también un acto social, afectivo y emocional. Los sabores nos conectan con recuerdos, las texturas nos reconfortan, y el compartir la mesa fortalece vínculos.
En Ovida, cada comida cuenta
Por eso, en Ovida apostamos por menús diseñados por profesionales, teniendo en cuenta tanto los requerimientos nutricionales como los gustos personales de nuestros residentes. La variedad, el equilibrio y la presentación son claves: lo saludable también puede ser apetecible.
Contamos con menús adaptados para personas con disfagia, diabetes, hipertensión u otras condiciones que requieren atención especial. Además, involucramos a nuestros residentes en dinámicas relacionadas con la comida, desde sugerencias hasta actividades temáticas o días especiales, porque creemos que formar parte también es una forma de disfrutar más.
Más allá del plato
La alimentación es una pieza más del cuidado integral. En Ovida, no la tratamos como una rutina más del día, sino como una oportunidad para reforzar el bienestar físico y emocional. Un momento de disfrute, calma y compañía.
Al final, una buena comida también puede ser una forma de sentirse en casa.